El Santuario

-Si no lo dices revientas-le contesto riendo entre dientes- esas cosas pasan y ambos queriamos no¿?, no me sorprendio que te fueras, me sorprende mas volver a encontrarte...

Es preciosa cuando se pone tan nerviosa...

-No es eso, es que... ¡Dios! soy demasiado complicada, soy extraña, no pensaba volver o si lo pensaba, pero no se, no sé que hago aquí, me estoy empezando a poner demasiado nerviosa, a hablar demasiado, nisiquiera hemos hablado casi, yo... yo soy rara, soy rara si me hubieras conocido bien no te hubieras acostado conmigo, me dedico a saltar las lineas negras de los pasos de cebra y a robar pajitas de los cines... colecciono fotos de sitios abandonados y nunca, nunca dejo de hablar porque temo que el silencio me consuma, temo que si no digo nada estoy perdiendo mi tiempo y mi tiempo vale oro, vivo por él.

Respiro hondo.

-No se decir que no a nada ni a nadie, soy una idiota.

-Eres encantadora- resumo en dos palabras.

-Tu eres una chiquilla que tiene los dias contados, y yo soy un viejo que ha desperdiciado demasiado tiempo, el mundo es injusto; no necesito conocerte para saber que quiero acostarme contigo, y volveria a hacerlo aunque cada mañana te largaras sin saber si volveria a verte.

Callate, me digo a mi mismo. Huye...

Le miro a los ojos y se que tengo un brillo extraño en los mios, no me esperaba aquello, creia que huiria, que me evitaría, tiemblo al pensar que no lo ha hecho, lo pasaremos mal los dos, lo se.

<<Date la vuelta y vete>>
<<Pero... y si él...>>
<<¿Si él que? ¿Vas a ser tan egoista? Solo por unos meses de felicidad...>>
<<No lo sé>>

-Si, el mundo es injusto...

Vuelvo a entrar en el bar, no había podido descansar. Busco a alguna cara conocida, pero no sé por qué, no suelo conocer a nadei en ese antro, sin embargo cuando lo ojeo un par de veces me doy cuenta de que está la chica apolita de la noche anterior. No está sola, habla con lo que parece ser... un were, sí tiene que serlo. Sus gestos... Me acerco a ellos y me siento al lado de ella.
- Hola, ¿molesto?

Aparece de pronto un tipo, sin nada mejor que hacer...
Pago a mama-oso y la agarro de la mano:

-Si, estabamos a punto de irnos-le digo en tono tajante al tio-sigueme, te mostrare algo que nunca podras olvidar- le digo a ella mientras le guiño un ojo.

Miro a Salazar, lo cierto es que no me parece bien lo que ha hecho Anatol, miro la mano que sostiene la mia, es grande y fuerte, devuelvo la mirada a Salazar.

-Yo...

Voy corriendo por el Santuario, tengo que encontrar a Zandra, la veo al lado de un daimon y un were, bueno, creo que es ella, em acerco rápido
- Perdona, ¿eres Zandra? Es que tengo que hablar contigo

Antes de que pueda replicar de la acción del were, llega un dark. Es la primera vez que me alegro de que eso suceda. Espero a ver qué pasa.

Miro al Dark asustada.

-Si, soy yo.- suelto la mano de Anatol. - ¿Pasa algo?

- Lo ciero es que prefiero que hablemos en privado, si no te importa, claro. Y si a tus acompañantes no les molesta.

Dudo que al were que la tenía agarrada momentos antes, esto le hiciera mucha gracia

Miro a Anatol.

-Creo que no tengo nada que ocultar...

-Si tienes que hablar habla, el tiempo se muere rapido.- le contesto ofuscado.

¿Por que hice eso?, da igual, los daimons nunca son de fiar...

Aparezco en el bar tambien, miro a Derek y luego a Zandra.

-No es por ocultar o no pequeña... es cuestión de asuntos privados, o es que quieres que proclamemos aquí en medio que alomejor te vuelves una chupalmas como ese de ahí.- Sonrie mientras mira a Salazar que no pasa desapercibido.

Miro al recien llegado, ¿Otro Dark?
Miro a Salazar y a Anatol, me estoy poniendo muy nerviosa, son 4 tios a mi alrededor presionandome.

-¿Estoy buena?

Me giro hacia Anatol
- Tú, no te metas. Esto no va contigo. Zandra, lo que te tengo que decir prefiero que no lo escuche nadie. No me fío mucho de los desconocidos

Me acerco a Derek y le pongo un brazo en el hombro, somos amigos desde hace bastante.

- Exacto nena... Y me refiero a las dos cosas, lo de decirtelo en privado y lo de que estas buena y no te ofendas eh! te lo digo de buenas.- sonrie agradablemente y mira con mala leche a Anatol.

Opino lo mismo que Zenón sobre Zandra, pero prefiero no decirlo en voz alta. Le paso yo tambiñen mi brazo por la espalda a mi compañero dark y repito:
- En serio Zandra, es urgente, tenemos que habalr

-Bien, como querais- constesto cabreado sin poder evitar mostrar un par de potentes colmillos.- no quiero tener nada que ver con dioses.

Le echo una ultima mirada al daimon y salgo a la calle, si sigo dentro no podre evitar armarla. El lobo gruñe, y yo tambien.

Veo como Anatol me deja y me entra más miedo todavía, asiento con la cabeza y me voy con Derek

Veo como el were nos deja y que Zandra se aproxima a mí.
me tomo la libertad de cogerla del brazo y le musito que me acompañe a una mesa apartada de la barra.
Una vez allí, le aparto la silla para que se siente y miro a mi alrededor por si alguien sospechoso se acerca a nosotros.

-¿Qué ocurre? ¿Es que acaso he hecho algo malo?- esoty asustada, y me siento sola, tengo miedo... tengo miedo a los darks, me aterran y no solo uno si no dos.

Sigo a Derek y a Zandra hasta un lugar apartado.

-Aun no has hecho nada linda... pero puede que lo hagas, venimos solamente a meterte miedo.

Miro a Zenón, al final sí que se ha acercado. Pienso en lo que ha dicho ella, nos tiene miedo, la verdad eso se le nota.
- Tranquila preciosa, no te asustes por este. No venimos a meterte miedo, sino a protegerte y advertirte.

-¿De que?¿ De que pronto moriré o seré un monstruo que vosotros matareis?- ¿Porque se ha ido? se ha ido y me ha dejado sola, como todos, me enfado y miro a Salazar que todavía está por allí.