Parte de atrás del Santuario

Fui a la parte trasera del santuario, necesitaba alejarme del humo, del daimon, de todo!! A ver si allí se relajaba un poco.

Se giro y vio a la chica de la barra.

- Necesitas algo mas?

-No, no para nada, solo me fijaba en ti, he visto como huias del daimon con repulsión, y no eres un dark hunter ni un apolita, he dado por supuesto que eres un were, pero... si no es indiscreción... ¿Katagaria? o ¿Arcadio?

-Arcadio, dios no me confundas con esos animales...

Catagaria? como la podian confundir con eso? con esos animales asesinos.... Bueno, supongo que no iva a malas... espero...

-Y tu? que eres?

Si coquetea con un daimos dudo que sea dark-hunter...

Alzo una ceja.

-Soy una Apolita.- miento, y no me siento mal por ello, llevo cientos de años haciendolo, ya no se me nota la mentira en la cara, le tiendo la mano.- Mi nombre es Alondra.

-Lamia, encantada, y... cuento hace que frecuentas el Santuario?, realmente no te recuerdo y se me suelen kedar bein las caras...

-Pues unos cuantos años.- más de los que ella podría imaginar, había conocido a los dueños anteriores y todo, eres una vieja Alondra...- Pero no se, solía venir cuando estaba esto más lleno, alomejor no nos hemos cruzado nunca, porque cuando se llena... no llegas a ver a nadie.

-Es posible, ademas si no hay mucha gente me meto en mu mundo y no me entero de lo que pasa a mi alrrededor, si te pasaste algun dia no me daria ni cuenta, practicamente sirbo sin mirar a las personas... En fin si te pasas otro dia si te recordare...- sonrrei, pero la sonrrisa era muy forzada, cada vez me doia mas la abeza, necesitaba descansar.

Miré el gesto de la chica, no parecía estar bien...

-¿Te ocurre algo? Creo que llevo pastillas en el bolso, aun que claro eres una Arcadiana no se si te funcionaran las dosis normales...


Tenía sueño, lo notaba en su cara, pero no era una presa a la que fuera a atacar, no por remordimientos si no porque nunca viene mal una amiga, si atacas a alguien del Santuario la pagas...

- No gracias, solo es un dolor de cabeza, necesito dormir un poco nada mas- Me intrigaba la mirada de aquella mujer, estaba como analizandome, no se, era una sensación muy exrtaña- Luego me hecharé un rato.

-¿Qué edad tienes Lamia?.- le pregunté relajandome un poco y sentandome en una silla no muy lejana, parecía joven, pero siendo un "animal" nunca se sabe.

182 años- Obresbé como la mujer se sentaba en una silla y decidí acompañarla, no me vendria mal relajarme un poco yno estaba siendo una conversación muy desagradable asique cog´´i una silla y me acerque a la mujer- y tu, que edad tienes?

-Cumpliré 27 dentro de unos meses...- me mordí el labio como afectada por las palabras que acababa de decir.- Aun no se que hacer, tengo miedo de morir.

-Ohh!!! lo siento!!!, no se que decirte... si necesitas algo ya sabes donde estoy, hay que ser fuerte Alondra, se que es duro...

Me sentia mal por aquella mujer, nunca le habia parecido justo, morir a los 27? era muy poco tiempo!! luego ella se kejaba de que vivia demasiado....

- Supongo que tienes tus propios amigos y todo eso ero si quieres algo puedes contar conmigo vale?- no sabia muy bien ponque me estaba comprometiendo a todo eso, pero sentia pena por la "maldicion" que sufrian los apolitas al llegar a los 27... me parecia tan cruel... ademas por culpa de eso existian los damions...

-Y... cuanto tiempo te queda para cumplirlos?

Mi mirada observaba a la gente que alli se congregaba, no soy de los que se fian de nadie, temo a morir, a que me tiendan una trampa. Sigilosamente voy avanzando y el sonido de mis mugrientas botas delata mi presencia. No se si hablar, no se si decir algo, mi boca esta seca y tengo hambre. Me armo de valor y de mi boca salen unas palabras en voz baja.

- Perdonen ustedes gentiles damas, serian tan amables de indicarme un lugar para aplacar mi sed y poder tomar algo solido para comer? He hecho un largo viaje y me siento debil.

Me giro y miro al recien llegado, es un chico, me vuelvo de nuevo hacia la chica.

- 3 meses y 12 días.- contesté a Lamia.

-Oh! vaya...- dije afectada

-me gire hacia el hombre-

- Si entre al santuario y pregunte en la barra, allí le daran lo que pida, y si me disculpais me tengo que ir, esoty muerta... tengo que dormir un poco- Me fui dejandolos allí a los dos.

Mis fuerzas flaqueaban, me sentia muy debil, necesitaba algo en el cuerpo, tambien necesitaba lavarme, asearme y sobre todo descansar, habia sido un largo y duro viaje, sentia que no seria capaz ni de llegar al santuario, saque otra vez fuerzas de mis adentros y murmure otras palabras:

- Seria tan amable de acompañarme al interior? Solo necesito algo en que apoyarme y la espada pesa demasiado como para poder moverla. Necesito algo de alimento en mi maltrecho cuerpo.

Sonreí al chico.

-Claro, te ayudo.- me acerqué a él y le ofrecí mi cuerpo para apoyarse.


Salimos de allí hacia el bar.

Entramos en mi taller, es un lugar oscuro con un gran escritorio y muñecos alrededor. Junto al escritorio hay un catre sin hacer, y hay un pequeño titere sobre una silla a medio hacer.
Ella me aferra con fuerza la mano, esta asustada y su mano es muy calida, de vez en cuando da algun respingo y procuro tranquilizarla mediante palabras suaves y una leve sonrisa.

-Esta algo desordenado, pero despues de todo es un hogar-sonrio-, toma asiento- le ofrezco el catre- te mostrare uno de mis mejores muñecos- le digo mientras rebusco en un gran armario.

Asiento y me siento sobre las sabanas de la cama, es pequeño, pero ya conozco como son esas habitaciones del santuario, no son más que habitaciones, en el fondo siempre me había apetecido vivir allí pero mi madre me ofrecía una casa, mi padre otra, y lo que no podía hacer era irme a una tercera, solo tengo 26 años, es cierto que soy mayor pero con haber viajado y haber estado sola por el mundo tengo suficiente... ahora tocaba volver al hogar.

Vuelvo a la realidad y miro a Anatol.

Saco una pequeña réplica de Pinocho, la he trabajado mas de treinta años, es casi perfecta, casi un niño humano..., pero ser humanos no forma parte de nuestra naturaleza.

-Fijate, es casi un niño humano- le digo mientras le hago moverse y bailar para ella.

Me fijo en sus ojos y poco a poco me voy adentrando en ellos. La miro fijamente y sonrio, el lobo gana terreno,mi cara esta tan solo a un palmo de distancia y poso la pequeña replica sobre el escritorio sin alejarme de su rostro.

No aparto la mirada, no la aparto de sus ojos, ni me fijo en que ha dejado el títere.

-Si, parece un niño de verdad.- Musito y me trabo en cada palabra que suelto.

El lobo ha ganado. Acerco poco a poco mi cara a la suya, nuestras narices se rozan, mis ojos se pierden en los suyos, y mis labios pretenden conquistar la diminuta y sensual abertura de su boca.

El silencio es todo lo que necesita oir.

<<¿Pero es está apunto de pasar?>>

Me separo un poco y pongo mis manos en sus hombros una a cada lado y lo detengo, le miro <<¿Y ahora que coño digo?>>

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.- chillo hasta que se me desgasta la voz, me separo, me recuesto sobre la cama y empiezo a llorar hecha un ovillo.

<<Ya empieza el ataque, ahora empezarás a ahogarte, calmate Zandra, no vas a morirte aun , aun no, sigues viva, calmate, no llores pequeña, no llores, no puedes dejar de vivir por el fino, no puedes dejar de vivir experiencias... secate las lágrimas...>>

Me encojo más al oir la voz en mi cabeza.

-Lo siento.-jadeo.- Lo siento mucho.