El Santuario

¿Ves? Alguien que vale la pena, pero estoy demasiado enfadada como para contestarle con algo ocurrente.

-En el fondo soy una perturbadora cosmica sexual, el problema es cuando la gente se queda en el punto de negación.

Me provoco un bostezo, ¿Se daran cuenta que me aburro me tapo la boca delicadamente.

- Encantado, soy Zamorak

- Alondra... ¿Por qué nunca me habías hablado de este amigo tuyo? Ah! claro... como tienes tantos...

- ¿Cómo os conocisteis?

Músicos...

- Yo soy el director de la orquesta, no veas lo que se ahcer con mi batuta (le sonreí)

-Siempre puedes dirigir mientras representamos la fantasia improptu de chopin- le digo a Zamorak maliciosamente


Poso una mano en el muslo de Alondra y le susurro:

-Estudie cosmologia durante unos años, quizas podriamos discutir el punto de negacion...mas...a fondo

Me reí ante la ocurrencia, pero no era un jaque mate.

-Será que nunca te hablo de mis amigos... Lo rapté, tipico en mi, pero siempre funciona, debería raptarte un día a ti tambien.

me vuelvo hacia Lestat.

-Cielo si alcanzas el punto de arrastrarte perdeiré todo el interes por ti.

-No tengo la culpa de ser un hombre versado en diversas artes.- Le contesto con media sonrisa.

- Haz lo que quieras con ese Daimon, otro juguete más a la colección

La verdad es que hasta que no perdiése el interés por Mawu no tenía nada que hacer con ella, me volví a la barra y acabé mi cubata.

- Que os lo paséis bien

En otro momento sería mía... aunque me preguntaba cuándo, todo le mundo la habñia tenido en sus brazos menos yo

Aprieto la mandibula con fuerza, me enfado, como una niña pequeña que no tiene lo que quiere, pero enseguida vuelvo a sonreir, me da igual, conseguiré lo que quiera, siempre lo hago.

-Nadie se convierte en juguete por jugar- le contesto a Zamorak. Estoy harto de que me tomen como otra marioneta de Alondra.

-Garçon¡¡¡, traeme un vaso de hielo y una botella de tu mejor bourbon.-

Me dirigí hacia Alondra, bueno, tngo cosas que atender, ya nos veremos, y le di un beso en la mejilla.

- Cuidate

Respecto al Daimon...

- No dejes que te manipule, venga, hasta otra

Ignoro a Zamorak y su comentario molesto.

-Pensar que mis amantes son un juguete hace que pierdan todos ellos importancia y cada uno fué especial... solo que no me implico sentimentalmente... me gustan los hombres y las mujeres y se da el caso, cada uno de ellos, y me encanta pasarmelo bien y saborear los momentos, no todo el mundo quiere entender eso... si alguien sale herido es asunto suyo.

-Mi unico amor es la muerte. No puedes herirme- Le digo con suavidad.

Me traen la botella y lleno el vaso hasta la mitad.

-Perfecto.- me levanto y le beso en la mejilla.- Me marcho, no me ecuentro del todo bien...

Desaparezco de allí, no es un buen momento.

-Claro, ya nos veremos.- Le contesto.

Sigo en la barra con mi botella.

Entro en el santuario, veo a Lestat, me acerco y apoyo la cabeza en su hombro.

-Hola.

-Hola novicia.- La saludo con una sonrisa exagerada.-¿Quieres?- le ofrezco la copa.

-No, gracias.- le muerdo la oreja con suavidad y lo rodeo con los brazos.-¿Cuantos años tienes Lestat?- Le pregunto sin dejar lo que estaba haciendo.

-247, soy relativamente joven.- Me llevo el vaso a los labios y la dejo morderme.

-Mi padre tiene unos cuantos más que tú, eso me alivia, no podrías ser él.- me siento a su lado y mi mirada se pierde en la madera de la barra, apoyo el brazo en ella y la cabeza en el brazo.

La abrazo por la cintura y le empiezo a acariciar el cuello con los labios.
-Te aburres¿?

-Si, necesito ocupar mi mente con algo.- le digo

Me gusta el contacto calido de la gente, no sentirme sola...

<<No pienses así>>
<<Lo siento... pero hoy me siento así>>

La atraigo mas a mi, y la miro a los ojos mientras me acerco para besarla en la boca hasta que quedamos a unos minimos milimetros.

-Ocupala conmigo...

Me acerco un poco más, nuestros labios se rozan, estan humedos y saben a alcohol, le beso, me pego a el todo lo que puedo, intentando fundirme y le beso no se si entregandome o intentando sacar algo que no hayaré ¿Cariño? Probablemente.

La beso en los labios sin lengua, y la separo un instante de mi para susurrarle:

-Ven..., vayamos a mi casa.

-Esta bien.- es la segunda vez que cojo su mano... no quiero volverme adicta, aun así la sostengo.

-Perfecto.

Pago la botella y me la llevo en la mano que me queda libre.
Nos vamos hacia el barrio frances.