Calles de Nueva Orleans

Me acaricia, levanto el hocico y juego con su mano, froto mi cabeza con su mano..., soy feliz.

Acerco mi boca a su oido.

-Acabaré muriendo o si no me volveré un monstruo.- le susurro y luego me aparto un poco quitando las manos de su pelaje.

Me alejo un poco, y me vuelvo a transformar en humano.

-Yo ya soy un monstruo, aprenderas a vivir con el, como yo lo hice.- le digo en su oido.

Mi mano acaricia su pierna, y no puedo evitar besar su mejilla mientras le susurro

-Tú no eres un monstruo, eres así, no tienes que matar a nadie para vivir.

Aparto un poco la cara después del contacto de sus labios en mi piel, quema.

-Que mas da convertirte en uno, que nacer como uno.-Le digo en susurros.

Le agarro por la barbilla y la obligo a mirarme a los ojos.

-Tu naciste maldita. Ellos naciero sin la maldición, eres mas culpable que ellos¿?, no tienes derecho a vivir¿?. Mirales, tirando su vida por la borda cuando tu no haces mas que desear el tiempo que se te agota. Si has de matar para vivir hazlo, la unica diferencia es que yo cazo ciervos y tu humanos, ninguno vale mas que el otro. Tu no vales menos que ninguno.

Sonrio

<<Escuchale, tiene razón>>

Me incorporo un poco y pego mi cara un poco más a la suya, muevo la cabeza hasta poner mi boca en su cuello y le acaricio con los labios, enseguida me crecen los colmillos al sentir la sangre bombear y hago que rocen con su piel, luego me aparto y le miro.

-No solo es la vida de ellos la que está en juego.

-Si tu no destrozas su alma la destrozaran ellos...- sonrio tristemente- en mi caso ya esta echa pedazos.

-Aun así sigues vivo.- me vuelvo a sentar en el banco, lo pienso mejor me tumbo, no se ven las estrellas, hay demasiada luz en la ciudad...

Se tumba en el banco. Es el instante mas bonito que he vivido nunca, ella,tumbada mirando al cielo. No puedo evitar mirarla y sonreir, no puedo apartar la vista, no puedo evitar pedir con silencioso grito que me deje entrar en su cabeza, que me preste sus labios.

Me vuelvo hacia él, le miro.

-Si me muero... ¿Me echarás de menos?

-Si te mueres te arrancare de las garras de los dioses.Te lo prometo.

Me rio con fuerza y veo con el rabillo del ojo que la pareja a dejado de besarse, estaban empezando con temas mayores asi que se levantan a buscar un sitio más desierto.

-Gracias.

Le sonrio.

-Ven aquí, ya no aguanto mas sin probar tus labios.- le digo con media sonrisa.

Me levanto, me acerco y juego con él un poco hasta que hago que nuestros labios se junten definitivamente después de un par de roces, le sujeto con fuerza por los hombros y lo empujo poco a poco contra un arbol, me aparto y me rio un poco.

-Nunca había hecho esto y siempre lo había tenido en mente, lo de mandar yo y eso.- digo entre risas.

-No gastes saliva con palabras que se llevara el viento- le digo entrerrisas.

La abrazo contra mi y mis manos empiezan a bajar por su espalda.

Me dejo tocar por él, me siento protegida a su lado.

<<¿Qué haces?>>
<<Si él me cuida no te necesito>>
<<Y te parecerá bien venir a mi cuando el no esté ¿cierto?>>
<<Yo...>>
<<Eres una suicida Zandra! me necesitas más a mi que a el>>
<< Pero...>>
<<¿Quieres morir? Sin mi no eres capaz de hacerlo, no eres capaz de morder>>
<<Calla!>>
<<Cobarde>>

Siento un escalofrío y tirito, no me va a dejar nunca, ella no se marchará nunca de mi lado...

La toco suavemente, como si fuera de cristal.Su cuerpo aparece ante mi, aparecen, los hombros, la espalda, la columna, resbalo en su suave piel, aparto la molesta ropa, me abrazo a sus labios, muerdo suavemente su cuello, lamo su salada piel...

Me estremezco.

-No creo que este sea el mejor lugar ¿Sabes?- le susurro al oido.

-Al diablo con todo...-le susurro

Voy caminando por el centro de la calle, con algunos de mis compañeros: Dawson, Milena y su hermano. Charlamos sobre nada en particular cuando veo a una pareja no muy lejos de nosotros. Mis instintos Daimon se ponen en aviso, puede ser la cena de esa noche. Les digo a los demás que se callen y cuando me fijo más, me doy cuenta de que es esa Apolota, Zandra y el lobo que la persigue a todas partes. Nos acercamos poco a poco a ellos.

-tampoco es el mejor momento.- me giro y miro a los Daimons

-¿Que haces para encontrarme siempre en el peor momento?- le digo al daimon de la otra noche.

- Supongo que es un sexto sentido que tengo para salvar a esta bella dama de la compañía de un ser como tú. ¿O a ti que te parece que es?

-Yo mas bien creo que te gusta entrometerte donde no te llaman, y dime Amadis, como piensas salvar a esta bella dama, sorbiendole el alma¿?- Le digo en tono ironico.

-Son más que tú.- le digo al oido,- tal vez deberias pensar lo que dices.